sábado, 13 de julio de 2013

Prostitutas en el municipio Sotillo

Sociólogo afirma que la prostitución es un problema que viene de casa

SEGURIDAD CIUDADANA REGISTRA

30 TRABAJADORAS SEXUALES EN SOTILLO
Las edades para la venta de sexo oscilan entre los 18 y 27 años de edad mientras que, la violencia en las calles ha aumentado progresivamente según afirma especialista

Las luces se encienden en un escenario nocturno e incesante, lleno de tráfico vehicular y gente que va y viene, viendo, pero no observando. En las esquinas más solitarias y en donde habitan las penumbras de una gran ciudad concurrida turísticamente, se distingue desde lejos la silueta de un cuerpo en posición como de quien espera por algo.

Con un par de tacones plataforma, que a duras penas puede dominar, camina en un mismo sentido, quizás sin rumbo fijo… voltean y la miran. Tiene un rostro cubierto de oscuro maquillaje que acentúa la tristeza que refleja su mirada, y con un labial rojo pasión que destella besos de sensualidad con cada paso que da.

Cuando pasan junto a ella, gritan en coro: ¡Hey, tú Barbie!. Es que su piel blanca, y su extensa cabellera color amarillo, justifican las características físicas del dibujo animado. Barbie, aunque su nombre de pila es Fernanda, se presenta como una mujer tímida y a la que la vida no la ha bendecido con grandeza ni riquezas, pero sí con una gran fuerza de voluntad y de optimismo el cual alega le ha servido para salir adelante.

Barbie, es una de las muchas mujeres que ha tenido que salir en las noches a vender su cuerpo en las calles del municipio Juan Antonio Sotillo del estado Anzoátegui; bien sea porque deben mantener a una familia, pues son madres solteras, o por el simple hecho de querer saciar sus fantasías sexuales a cambio de dinero.

Hay quienes ven la prostitución de “la vitrina hacia fuera”, sin pensar que esas mujeres, que son seres humanos, son: Madres, hijas, esposas, hermanas, a quienes les interesa, más que esto, las ganas de tener con qué, “billete en mano” que les permita comer y tener que llevar a sus hogares. Las que hicieron a un lado sus ilusiones, sentimientos o emociones y que entregaron su cuerpo a cambio de unas monedas.


MIRADA AL PASADO

Desde hace cientos de años, el tema de la prostitución ha sido eje de muchas críticas. Señalamientos, juicios de valor, prejuicios, el rechazo de una sociedad llena de tabúes, son los motivos por los que estas mujeres, que ofrecen sexo por dinero, sean capaces de sentirse menos, no solo en un grupo social, sino como seres humanos.

La prostitución ha sido blanco de infinitas historias que no solo se han quedado en hechos, sino que han pasado a formar parte de letras plasmadas en libros de la mano de grandes escritores; tal es el caso de los “11 minutos” de Paulo Coelho, “Las putas tristes” de Gabriel García Márquez y la envidiable “Roxanne”, protagonista de la canción del grupo inglés, The Police. Estas, son un vivo ejemplo de ello.

Esta profesión es una realidad que aún sigue “latente en la sociedad”. El jefe de operaciones de la división de Seguridad Ciudadana, adscrita a la comandancia policial del municipio Juan Antonio Sotillo, Luis Figuera, asegura que en Puerto La Cruz hay aproximadamente 30 mujeres que se dedican a la prostitución, las cuales se encuentran distribuidas en diferentes puntos de la localidad, entre ellos los más comunes: Paseo La Cruz y El Mar, Plaza Bolívar y calle Libertad.
Cuando el comisario Figuera fue abordado por la pregunta de ¿Por qué no las han podido sacar de la municipalidad, ya que es un problema que afecta directamente a la sociedad?, se le notó un fuerte color rojizo en sus mejillas, que lo llevó a rememorar hechos de gran envergadura para su organismo, pero su respuesta, fue una evasiva.

“Eso es un gran problema”, dijo. “Nosotros como división policial, hemos mantenido una ardua lucha para que estas chicas desalojen los alrededores de la municipalidad, actos que han surtido efectos en muy cortos tiempos, pues cuando se realizan operativos desaparecen por una semana máximo, pero luego vuelven a posicionarse en las calles”, expresó Figuera.

“Hay chicas con edades comprendidas entre los 18 y 40 años prostituyéndose, aunque en los operativos nocturnos que realizamos en compañía de la policía municipal por los establecimientos comerciales de bebidas alcohólicas y clubes o bares “de mala muerte” como son conocidos, hemos podido encontrar menores de edad, explicó.

Tiempo después, el comandante fue abordado nuevamente por la pregunta, ¿Por qué no las han podido sacar de la jurisdicción? A la cual afirmó que: “Simple y llanamente no las hemos podido eliminar porque son mujeres que habitan en la municipalidad, y obligarlas a marcharse sería un gran trabajo para los entes gubernamentales, pues eso implica comprarle casas en otras localidades”.


VIOLENCIA DESMEDIDA

A Barbie le hablan y nunca ve a los ojos. Una y otra vez juega con su cartera como signo de nerviosismo… Baja la cabeza dejando al descubierto un sentimiento de culpa y de vergüenza con el que le ha tocado vivir a lo largo de los ocho años que tiene practicando la prostitución, pero que dice “nunca admitiría ante la sociedad”.

¿Ha sido víctima de violencia por parte de los oficiales de la policía?, fue la pregunta que le sacó lágrimas a esta mujer que expresó su dolor por la pérdida de una amiga, una hermana, de una compañera de calle. “Hay quienes dicen que amistad de putas no es leal, pero para mí, es todo lo contrario”, aseveró.

Con una estampa de mujer fuerte, tan solo una carretera de lágrimas le corrió por la mejilla derecha al momento de responder. “¿Qué si hemos sido víctimas de violencia por los tombos?, jajá, no chico, que te golpeen y te obliguen a hacer cosas que no quieres se podría llamar violencia”, dijo en tono sarcástico y con voz quebradiza.

“Ellos creen que porque usan uniforme pueden hacer lo que les da la gana” afirmó. A Barbie, los policías le habían causado un gran dolor, el cual rememoró en cuestión de segundos. “Mi amiga Estrella fue una víctima más de ellos, una noche llegaron cuatro gorilas con uniforme y hablaron con ella, yo estaba en la esquina y vi el forcejeo que tenían, ha de haber sido que ella se negó, pero igual se la llevaron”, relató.

“Fue el sábado 11 de mayo la última vez que vi a Estrella, desde esa madrugada no contestó el teléfono, no estaba en su casa, nadie la había visto. ¿Qué le hicieron, no se sabe, solo ellos pueden decir algo, pusimos la denuncia pero como son policías no procede en este caso, para nosotras no hay justicia”, expresó.

Barbie asegura, en medio del llanto incesante, que al igual que a estrella muchas han sido las mujeres que han desaparecido una noche y ya no regresan, ella y su grupo de compañeras “prostitutas” sostienen que los llamados “tombos” se las llevan y las violan en primer lugar para luego asesinarlas pues se ven amenazados porque fueron reconocidos”.


LA PROTECCIÓN DE LA PLACA

Con la denuncia efectuada, se buscó a la directora de la policía municipal de Sotillo, Danny Aruspón, quien quedó “perpleja” pues alega que los funcionarios que están a su cargo en la jurisdicción portocruzana son efectivos policiales intachables y dignos de portar el uniforme azul marino que los caracteriza, dejando sin validez las declaraciones de la chica que afirma haber sido testigo del hecho.

“Cuando nosotros salimos a redadas o salimos comisiones a recorrer el municipio  siempre llegamos a donde están estas mujeres, efectivamente debemos retirarlas de las calles pues es un agravante directo para la sociedad, nuestras oficiales las revisan y se les decomisan navajas, bisturís y en algunos casos les conseguimos frascos en espray con amoniaco, procedemos a montarlas en las unidades y las llevamos a sus hogares, en ningún momento son víctimas de violencia por nuestro equipo”, manifestó Aruspón.

El Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc) del estado Anzoátegui registró hace aproximadamente dos semanas la desaparición de una mujer con rasgos parecidos, según Barbie, a los de Estrella. Posteriormente, el cadáver apareció en estado de descomposición en la carretera que comunica a la ciudad de El Tigre con la capital de la entidad.

Lo que se sabe es que según las pesquisas de los médicos forenses se trataba de la misma chica que ejercía la prostitución en las calles de Puerto La Cruz y a la cual, según su amiga, se la habían llevado cuatro efectivos policiales la madrugada del 11 de mayo. Esto no causó revuelo, pues según periodistas de la fuente de sucesos se trató como una muerte más, con un acento de crimen pasional.


TRATA DE BLANCAS

El trabajo de prostitución va de la mano con otros dos problemas de gran importancia ante la sociedad. Las drogas y la trata de blancas han causado preocupación desmedida tanto en la ciudadanía como en los cuerpos policiales de la jurisdicción.

Según una nota de prensa emitida, el día 24 de mayo del año en curso, por el destacamento N°75 de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) explica que, siguiendo las órdenes del G/B Endes Palencia Ortiz, jefe del Core 7, lograron la detención de Yessica Del Valle López Jiménez de 19 años en el casco central de Puerto La Cruz, quien fue denunciada por estar implicada en trata de blancas.

El General Palencia informó, mediante el comunicado, que recibieron una denuncia de la ciudadana Martha Marín Castro quien desconocía del paradero de su hija desde hace varios días y posteriormente recibió información de que se encontraba en las inmediaciones del Paseo de la Cruz y el Mar con la detenida y dos adolescentes más.

Para el sociólogo Argenis Osorio, profesor de la Universidad Santa María, el tema de la prostitución se debe a una desvirtualización de valores en el núcleo familiar arraigados de generación en generación. Aseguró que la prostitución no va a erradicarse si la familia no está bien consolidado desde su origen, pues afirmó que “la humanidad depende en un 90% de la formación que se reciben en los hogares”.

Para el especialista en sociología estas chicas, que venden su cuerpo a cambio de dinero, escogen las calles antes mencionadas del municipio Juan Antonio Sotillo primero porque son las más solitarias de la ciudad y así quedan en confianza para desenvolverse mejor en su habita haciendo lo que saben hacer; mientras que en segundo lugar, crearon un estado de dependencia pues en otro sitio no se sentirían a gusto para ejercer la práctica del oficio.

Osorio expresó que las máximas autoridades deben controlar este problema para evitar incrementar la circulación de enfermedades de transmisión sexual, la trata de blancas y el índice de niños y adolescentes que ven la prostitución como un trabajo de fácil acceso, pues de lo contrario esta actividad seguirá invadiendo las calles y estas mujeres seguirán siendo víctimas de violencia por parte de seres “Desconsiderados y machistas que buscan satisfacción sexual.

“En la noche, mi etiqueta no es de cómprame
sino de, servicio por pagar”


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