Sociólogo
afirma que la prostitución es un problema que viene de casa
SEGURIDAD CIUDADANA REGISTRA
30 TRABAJADORAS SEXUALES EN SOTILLO
Las edades para la venta de sexo oscilan entre los 18 y
27 años de edad mientras que, la violencia en las calles ha aumentado
progresivamente según afirma especialista
Las luces se encienden en un escenario
nocturno e incesante, lleno de tráfico vehicular y gente que va y viene,
viendo, pero no observando. En las esquinas más solitarias y en donde habitan
las penumbras de una gran ciudad concurrida turísticamente, se distingue desde
lejos la silueta de un cuerpo en posición como de quien espera por algo.
Con
un par de tacones plataforma, que a duras penas puede dominar, camina en un
mismo sentido, quizás sin rumbo fijo… voltean y la miran. Tiene un rostro
cubierto de oscuro maquillaje que acentúa la tristeza que refleja su mirada, y
con un labial rojo pasión que destella besos de sensualidad con cada paso que
da.
Cuando
pasan junto a ella, gritan en coro: ¡Hey, tú Barbie!. Es que su piel blanca, y
su extensa cabellera color amarillo, justifican las características físicas del
dibujo animado. Barbie, aunque su nombre de pila es Fernanda, se presenta como
una mujer tímida y a la que la vida no la ha bendecido con grandeza ni
riquezas, pero sí con una gran fuerza de voluntad y de optimismo el cual alega
le ha servido para salir adelante.
Barbie,
es una de las muchas mujeres que ha tenido que salir en las noches a vender su
cuerpo en las calles del municipio Juan Antonio Sotillo del estado Anzoátegui;
bien sea porque deben mantener a una familia, pues son madres solteras, o por
el simple hecho de querer saciar sus fantasías sexuales a cambio de dinero.
Hay quienes ven la prostitución de “la vitrina hacia
fuera”, sin pensar que esas mujeres, que son seres humanos, son: Madres, hijas,
esposas, hermanas, a quienes les interesa, más que esto, las ganas de tener con
qué, “billete en mano” que les permita comer y tener que llevar a sus hogares.
Las que hicieron a un lado sus ilusiones, sentimientos o emociones y que
entregaron su cuerpo a cambio de unas monedas.
MIRADA AL PASADO
Desde
hace cientos de años, el tema de la prostitución ha sido eje de muchas
críticas. Señalamientos, juicios de valor, prejuicios, el rechazo de una
sociedad llena de tabúes, son los motivos por los que estas mujeres, que
ofrecen sexo por dinero, sean capaces de sentirse menos, no solo en un grupo
social, sino como seres humanos.
La
prostitución ha sido blanco de infinitas historias que no solo se han quedado
en hechos, sino que han pasado a formar parte de letras plasmadas en libros de
la mano de grandes escritores; tal es el caso de los “11 minutos” de Paulo
Coelho, “Las putas tristes” de Gabriel García Márquez y la envidiable
“Roxanne”, protagonista de la canción del grupo inglés, The Police. Estas, son
un vivo ejemplo de ello.
Esta
profesión es una realidad que aún sigue “latente en la sociedad”. El jefe de
operaciones de la división de Seguridad Ciudadana, adscrita a la comandancia
policial del municipio Juan Antonio Sotillo, Luis Figuera, asegura que en
Puerto La Cruz hay aproximadamente 30 mujeres que se dedican a la prostitución,
las cuales se encuentran distribuidas en diferentes puntos de la localidad,
entre ellos los más comunes: Paseo La Cruz y El Mar, Plaza Bolívar y calle
Libertad.
Cuando
el comisario Figuera fue abordado por la pregunta de ¿Por qué no las han podido
sacar de la municipalidad, ya que es un problema que afecta directamente a la
sociedad?, se le notó un fuerte color rojizo en sus mejillas, que lo llevó a
rememorar hechos de gran envergadura para su organismo, pero su respuesta, fue
una evasiva.
“Eso
es un gran problema”, dijo. “Nosotros como división policial, hemos mantenido
una ardua lucha para que estas chicas desalojen los alrededores de la
municipalidad, actos que han surtido efectos en muy cortos tiempos, pues cuando
se realizan operativos desaparecen por una semana máximo, pero luego vuelven a
posicionarse en las calles”, expresó Figuera.
“Hay
chicas con edades comprendidas entre los 18 y 40 años prostituyéndose, aunque
en los operativos nocturnos que realizamos en compañía de la policía municipal
por los establecimientos comerciales de bebidas alcohólicas y clubes o bares
“de mala muerte” como son conocidos, hemos podido encontrar menores de edad,
explicó.
Tiempo
después, el comandante fue abordado nuevamente por la pregunta, ¿Por qué no las
han podido sacar de la jurisdicción? A la cual afirmó que: “Simple y llanamente
no las hemos podido eliminar porque son mujeres que habitan en la
municipalidad, y obligarlas a marcharse sería un gran trabajo para los entes
gubernamentales, pues eso implica comprarle casas en otras localidades”.
VIOLENCIA DESMEDIDA
A
Barbie le hablan y nunca ve a los ojos. Una y otra vez juega con su cartera
como signo de nerviosismo… Baja la cabeza dejando al descubierto un sentimiento
de culpa y de vergüenza con el que le ha tocado vivir a lo largo de los ocho
años que tiene practicando la prostitución, pero que dice “nunca admitiría ante
la sociedad”.
¿Ha
sido víctima de violencia por parte de los oficiales de la policía?, fue la
pregunta que le sacó lágrimas a esta mujer que expresó su dolor por la pérdida
de una amiga, una hermana, de una compañera de calle. “Hay quienes dicen que
amistad de putas no es leal, pero para mí, es todo lo contrario”, aseveró.
Con
una estampa de mujer fuerte, tan solo una carretera de lágrimas le corrió por
la mejilla derecha al momento de responder. “¿Qué si hemos sido víctimas de
violencia por los tombos?, jajá, no chico, que te golpeen y te obliguen a hacer
cosas que no quieres se podría llamar violencia”, dijo en tono sarcástico y con
voz quebradiza.
“Ellos
creen que porque usan uniforme pueden hacer lo que les da la gana” afirmó. A
Barbie, los policías le habían causado un gran dolor, el cual rememoró en
cuestión de segundos. “Mi amiga Estrella fue una víctima más de ellos, una
noche llegaron cuatro gorilas con uniforme y hablaron con ella, yo estaba en la
esquina y vi el forcejeo que tenían, ha de haber sido que ella se negó, pero
igual se la llevaron”, relató.
“Fue
el sábado 11 de mayo la última vez que vi a Estrella, desde esa madrugada no
contestó el teléfono, no estaba en su casa, nadie la había visto. ¿Qué le hicieron,
no se sabe, solo ellos pueden decir algo, pusimos la denuncia pero como son
policías no procede en este caso, para nosotras no hay justicia”, expresó.
Barbie
asegura, en medio del llanto incesante, que al igual que a estrella muchas han
sido las mujeres que han desaparecido una noche y ya no regresan, ella y su
grupo de compañeras “prostitutas” sostienen que los llamados “tombos” se las
llevan y las violan en primer lugar para luego asesinarlas pues se ven
amenazados porque fueron reconocidos”.
LA PROTECCIÓN DE LA PLACA
Con
la denuncia efectuada, se buscó a la directora de la policía municipal de
Sotillo, Danny Aruspón, quien quedó “perpleja” pues alega que los funcionarios
que están a su cargo en la jurisdicción portocruzana son efectivos policiales intachables
y dignos de portar el uniforme azul marino que los caracteriza, dejando sin
validez las declaraciones de la chica que afirma haber sido testigo del hecho.
“Cuando
nosotros salimos a redadas o salimos comisiones a recorrer el municipio siempre llegamos a donde están estas mujeres,
efectivamente debemos retirarlas de las calles pues es un agravante directo
para la sociedad, nuestras oficiales las revisan y se les decomisan navajas,
bisturís y en algunos casos les conseguimos frascos en espray con amoniaco,
procedemos a montarlas en las unidades y las llevamos a sus hogares, en ningún
momento son víctimas de violencia por nuestro equipo”, manifestó Aruspón.
El
Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc) del
estado Anzoátegui registró hace aproximadamente dos semanas la desaparición de
una mujer con rasgos parecidos, según Barbie, a los de Estrella.
Posteriormente, el cadáver apareció en estado de descomposición en la carretera
que comunica a la ciudad de El Tigre con la capital de la entidad.
Lo
que se sabe es que según las pesquisas de los médicos forenses se trataba de la
misma chica que ejercía la prostitución en las calles de Puerto La Cruz y a la
cual, según su amiga, se la habían llevado cuatro efectivos policiales la
madrugada del 11 de mayo. Esto no causó revuelo, pues según periodistas de la
fuente de sucesos se trató como una muerte más, con un acento de crimen
pasional.
TRATA DE BLANCAS
El
trabajo de prostitución va de la mano con otros dos problemas de gran importancia
ante la sociedad. Las drogas y la trata de blancas han causado preocupación
desmedida tanto en la ciudadanía como en los cuerpos policiales de la
jurisdicción.
Según
una nota de prensa emitida, el día 24 de mayo del año en curso, por el destacamento
N°75 de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) explica que, siguiendo las
órdenes del G/B Endes Palencia
Ortiz, jefe del Core 7, lograron la detención de Yessica Del Valle López
Jiménez de 19 años en el casco central de Puerto La Cruz, quien fue denunciada
por estar implicada en trata de blancas.
El General Palencia informó, mediante el
comunicado, que recibieron una denuncia de la ciudadana Martha Marín Castro
quien desconocía del paradero de su hija desde hace varios días y
posteriormente recibió información de que se encontraba en las inmediaciones
del Paseo de la Cruz y el Mar con la detenida y dos adolescentes más.
Para
el sociólogo Argenis Osorio, profesor de la Universidad Santa María, el tema de
la prostitución se debe a una desvirtualización de valores en el núcleo
familiar arraigados de generación en generación. Aseguró que la prostitución no
va a erradicarse si la familia no está bien consolidado desde su origen, pues
afirmó que “la humanidad depende en un 90% de la formación que se reciben en
los hogares”.
Para
el especialista en sociología estas chicas, que venden su cuerpo a cambio de
dinero, escogen las calles antes mencionadas del municipio Juan Antonio Sotillo
primero porque son las más solitarias de la ciudad y así quedan en confianza para
desenvolverse mejor en su habita haciendo lo que saben hacer; mientras que en
segundo lugar, crearon un estado de dependencia pues en otro sitio no se
sentirían a gusto para ejercer la práctica del oficio.
Osorio expresó que las máximas
autoridades deben controlar este problema para evitar incrementar la
circulación de enfermedades de transmisión sexual, la trata de blancas y el
índice de niños y adolescentes que ven la prostitución como un trabajo de fácil
acceso, pues de lo contrario esta actividad seguirá invadiendo las calles y
estas mujeres seguirán siendo víctimas de violencia por parte de seres
“Desconsiderados y machistas que buscan satisfacción sexual.
“En
la noche, mi etiqueta no es de cómprame
sino
de, servicio por pagar”
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